El maquillaje de YSL es la faceta más atrevida de la marca, siempre sorprendente e impredecible. En evolución constante, es al igual que la moda, el antídoto definitivo para la rutina.
La mujer YSL reinventa su modernidad haciendo malabares con su paradojas, en algún punto entre el contro y el abandono, la fuerza y la vulnerabilidad. Al combinar, contrastar, superponer y yuxtaponer la luz y la sombra, crea poderosos efectos que destacan su feminidad de forma espectacular.